martes, 16 de febrero de 2010

HUME CONTEXTO FILOSÓFICO





El Empirismo es una corriente filosófica contrapuesta al racionalismo. Mientras que este toma como modelo a la ciencia moderna en su aspecto matemático, el empirismo recoge otro aspecto: la importancia de la experiencia.
Las tesis fundamentales del empirismo son:
-El origen del conocimiento es la experiencia, la mente es como un papel en blanco. El empirismo no debe ser confundido con el sensismo, pues no reduce todo el conocimiento a la sensación o experiencia externa, admite una experiencia interna y facultades de conocimiento distintas a los sentidos.
-El conocimiento humano es limitado. El racionalismo considera que con el método adecuado se puede llegar a conocerlo todo, los empiristas consideran que no podemos ir más allá de la experiencia, este es su límite. La razón es la única guía del ser humano y debe tener una finalidad práctica. Al considerar imposible la metafísica, los empiristas se dedican a cuestiones políticas, morales, religiosas, pedagógicas... Por primera vez surge una razón crítica que examina sus propios límites y posibilidades.
Se llama fenomenismo a la teoría del conocimiento que reduce la realidad a fenómenos (lo que se me aparece) o impresiones. No podemos hablar de sustancia o realidad alguna: sólo de apariencias sensible. El punto de vista fenomenista es tan contrario al sentido común que ningún empirista lo aceptó de modo pleno y consciente. Locke lo negó al creer que son válidos los argumentos causales para remontarnos a las cosas exteriores a nuestras propias percepciones. Berkeley lo aceptó en relación a los objetos físicos, pero consideró que hay substancias distintas a nuestras propias percepciones y en las que creyó: las substancias espirituales. Hume fue el que llevó hasta el final este principio empirista, y consideró que la posición fenomenista era la más coherente y verdadera si se asume el punto de vista filosófico. Pero la filosofía es una actividad meramente intelectual, no sirve para la dirección de nuestra vida ni modifica radicalmente nuestras creencias básicas, como la de la existencia de un realidad exterior.
A finales del siglo XVII, por obra de Newton, se consolida la revolución científica iniciada por Copérnico, la nueva visión del Universo triunfa definitivamente sobre la visión aristotélico-tomista. En este siglo los mayores desarrollos científicos se producen en Inglaterra, apoyados por los intereses de la burguesía.
En el siglo XVII existían cuatro tradiciones científicas:
-La escolástica en franca decadencia, que explica los fenómenos mediante las esencias y cualidades ocultas de las cosas.
-La cartesiana que partía de hipótesis metafísicas y deducía el sistema general del Universo.
-La baconiana, de carácter inductivista que despreciaba las teorías y se dedicaba a la recopilación de datos y experimentos.
-La metodología de Galileo, el método de resolución-composición, une la experiencia y la deducción matemática.
El método inductivo de Newton es distinto del de Bacon, entre otras razones porque introduce una total matematización y elementos teóricos.
Newton sólo dejó algunas indicaciones aisladas de su propio método:
-La naturaleza es simple y no prodiga las causas de las cosas. La mecánica de Newton consigue unificar bajo una única ley el movimiento circular de los cuerpos celestes y el movimiento rectilíneo terrestre.
-En cuanto sea posible, hay que adscribir las mismas causas a idénticos efectos.
-Considerar como propiedades de los cuerpos aquellas que no pueden ser aumentadas o disminuidas, pues se encuentran en todos los cuerpos en que es posible experimentar. (extensión, dureza, inercia...)
-Las hipótesis inferidas por inducción deben considerarse verdaderas mientras no ocurran fenómenos que obliguen a cambiarlas.
Newton no cree que la estructura de la realidad coincida absolutamente con las matemáticas (lo contrario que Galileo y Descartes). Las matemáticas se deben modelar sobre la experiencia y requieren comprobaciones físicas. No es posible conocer las causas últimas de los fenómenos, y por tanto construir un sistema total del Universo. Utiliza teorías e hipótesis siempre basadas en experimentos. En la Filosofía experimental los principios se infieren de los fenómenos y se generalizan por inducción. A continuación viene la parte deductiva, que consiste en explicar las propiedades y acciones de las cosas materiales.
Hume pretende aplicar el método newtoniano a los asuntos morales y elaborar una ciencia del hombre. No busca explicaciones últimas (no finge hipótesis), se basa en experimentos psicológicos. Las impresiones equivalen a los corpúsculos de la mecánica de Newton, se atraen por las leyes de asociación de ideas (semejanza, contigüidad y causa-efecto). además pretende unificar todas las ciencias basándose en una ciencia fundamental, la ciencia de la naturaleza humana, pues todas las ciencias se relacionan con la naturaleza humana. La nueva ciencia debe examinar la extensión y las fuerzas del entendimiento. Con el tiempo se volverá más moderado en sus pretensiones.
La lectura de Hume despertó a Kant de su sueño dogmático (racionalista). Kant hace una síntesis del empirismo de Hume y el racionalismo de Descartes. Le da la razón a Hume al señalar que todo comienza por los sentidos; pero también admite, al igual que Descartes, que no todo lo que hay en el conocimiento procede de la experiencia. Esta síntesis kantiana conocida como criticismo afirma que el conocimiento se basa en una mezcla de la experiencia, lo que él llama “a posteriori” y de lo que procede del sujeto, lo “a priori”. Además no puede aceptar sus planteamientos escépticos o que las leyes físicas sean leyes probables (no necesarias).
En el siglo XX los positivistas lógicos pretendieron elevar a la sociedad al nivel que había alcanzado la ciencia. El progreso humano debía alcanzar a la moralidad, las creencias religiosas, la sociedad y la política. Para ello debía extenderse el método científico a todos los ámbitos del conocimiento y la acción humana.
Consideraron a la metafísica como el principal obstáculo a superar. Consideraban metafísico a todo enunciado que se refiriera a cuestiones situadas más allá de lo empíricamente comprobable, más allá de la investigación científica. Pensaban que las ideologías intransigentes y totalitarias, las morales y religiones represoras, las políticas belicistas, el racismo, y en general todas las actitudes irracionales que desgarraban en ese momento el mundo, se apoyaban en ideas acientíficas, es decir en enunciados metafísicos.
Era necesario encontrar un método para descubrir y denunciar toda teoría no científica que tuviera la pretensión de tener tanto valor cognitivo como la ciencia. Se identificaban con el proyecto filosófico de Hume con la ventaja que les proporcionaba el avance científico del siglo XIX y XX, en especial la lógica matemática o simbólica.
Su planteamiento no era demostrar que los problemas metafísicos son insolubles, empíricamente incomprobables y por tanto sin credibilidad científica. Los problemas metafísicos en realidad no existen, son falsos problemas o pseudoproblemas que surgen de un uso incorrecto del lenguaje. Más allá de los límites de la experiencia posible, de lo asequible científicamente, no existen respuestas porque no existe problema alguno.

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