Libro I
328c Discusión preliminar sobre la vejez
Céfalo: el carácter, no la vejez, es la causa de los males de que se quejan los ancianos; la riqueza puede ayudar al hombre sensato a ser justo. 331c Céfalo: la justicia es la devolución de lo que se debe
Sócrates: pero se puede devolver lo que se debe con justicia o no.
332d Polemarco: es el beneficio a amigos y perjuicio a enemigos
Sócrates: pero si se perjudica a un caballo, se le vuelve peor respecto de su excelencia (arete); dado que la justicia es la excelencia del hombre, al perjudicar a un hombre se lo vuelve más injusto, y así se haría justicia produciendo injusticia.
338c Trasímaco: es lo que conviene al más fuerte
Sócrates: pero así como un médico dispone no lo que le conviene a él sino lo que conviene al enfermo, el gobernante debe disponer lo que conviene a los gobernados. Cada arte aporta un beneficio particular: el del médico, la salud, el del mercenario el salario. Si el médico gana dinero al curar, no se beneficia con el arte médico sino con el arte del mercenario que añade al suyo. Así el que gobierna no obtiene ningún beneficio de su arte, sino de uno adicional.
348c Trasímaco: la injusticia es excelencia y sabiduría
Sócrates: pero en cualquier arte el sabio no trata de aventajar a otro que lo conoce, sino al que lo desconoce. Y el justo no quiere aventajar al justo, sino al no-justo. Por lo tanto es el justo quien se parece al sabio y bueno, no el injusto.
352d La justicia es la excelencia del alma
Cada cosa tiene una función (érgon) que sólo ella cumple o que ella es la que la cumple mejor. Las funciones del alma son atender, deliberar, etc., y su excelencia es la justicia, de modo que el alma justa cumplirá su función y vivirá bien, no así el alma injusta.
Libro II
357a Glaucón: la justicia no es vista como un bien en sí mismo
Bienes que deseamos por sí mismos, que deseamos por sus consecuencias y que deseamos por ambas cosas. La justicia es colocada por la mayoría en la segunda clase, como algo en sí mismo penoso, y sólo deseable por sus consecuencias.
358e Glaucón: la justicia no es cultivada voluntariamente
Los hombres sufren más al ser víctimas de injusticias que lo que disfrutan al cometerlas; por eso la justicia consiste en un acuerdo para no sufrir ni cometer injusticias. Sólo cultiva la justicia el que es impotente para cometer injusticia. Mito de Giges.
362d Adimanto: es preferible la injusticia a la justicia
Cuando los injustos son ricos pueden reparar cualquier delito y librarse de los males del más allá. Incluso se puede persuadir a los dioses.
368a Sócrates: nacimiento del Estado sano
Se buscará la justicia en el Estado (polis) primeramente, y luego en el individuo. El Estado nace cuando el individuo no se autoabastece sino que necesita de otros, por lo cual se asocia con los demás. Estas necesidades son: 1) de alimentación, 2) de vivienda y 3) de vestimenta. Los expertos en cada actividad producirán para todos los demás, recibiendo a cambio los productos que necesitan. Se llevará una vida austera.
372d Tránsito hacia el Estado enfermo
Glaucón: una sociedad de cerdos no sería distinta. Sócrates: pues entonces habrá que añadir cocineros, médicos, músicos, modistas, etc. Será un Estado enfermo o lujoso, cuyo territorio debe agrandarse a costa del vecino: origen de la guerra y del ejército. El ejército debe ser profesional.
374e Cualidades que deben tener los militares
Serán seleccionados como militares o guardianes los que posean agudeza, rapidez, fuerza y valentía; deben ser mansos con sus compatriotas y feroces con sus enemigos. 376c La educación de los guardianes. La música: los textos
Hay que rechazar la mayoría de los mitos de Hornero y Hesíodo, que presentan a los dioses como criminales o combatiendo entre sí.
379a Pautas para hablar de Dios (peri theologías) en los textos
Hay que representar a Dios tal como es: bueno, y por ende que no puede ser causa del mal. No ha de permitirse que los poetas presenten a dioses haciendo mal o transformándose: lo excelente no es susceptible de modificación; tampoco mintiendo, pues la verdadera mentira es odiada por dioses y hombres, y la mentira en palabras, que es útil a los hombres, no sería útil para un dios.
Libro III
386a Pautas para hablar de los hombres en los textos
Los poetas no deben presentar a los héroes lamentándose por la muerte; tampoco como presas de risas o ensalzando la buena mesa.
392c Pautas para la dicción de la poesía
La narración puede ser simple (ditirambos), por medio de imitación (tragedia, comedia) o por ambas cosas a la vez (épica). Los guardianes no deben hacer imitaciones, ya que cada uno es apto para una sola tarea. Pero si imitan, deben imitar sólo caracteres valientes, moderados, piadosos, etc. Usarán el tipo mixto de narrativa, con una parte breve de imitación.
398c Pautas para las melodías
Como las armonías han de adaptarse al texto, no serán quejumbrosas ni relajantes: las únicas aceptables son la doria y la frigia. No se necesitarán instrumentos de muchos sonidos.
399e Pautas para los ritmos
Sólo deben permitirse los ritmos que sean propios de un modo de vivir ordenado y valeroso; el pie y la melodía deben adecuarse al texto y no viceversa.
403c La gimnasia y la medicina
Debe cambiar el régimen de vida de los atletas actuales, que duermen demasiado; se excluirá el pescado y la carne hervida, pero sin estar pendiente del régimen. Sólo los ricos, que no cumplen una función en la sociedad, pueden pasarse el tiempo con los médicos; el artesano no tiene tiempo para tratamientos largos.
410b Poder educativo de la gimnasia y la música
Ambas educan el alma: la gimnasia, su lado fogoso (thymoeidés), y si se combina con música, que cultiva la dulzura, produce, en lugar de la fuerza bruta, la valentía.
412b Pruebas de los candidatos a gobernantes
Los que gobiernen serán los que tengan la convicción (dogma) de que lo que deben hacer es siempre lo que más convenga al Estado. Tres clases de pruebas: 1) encargarlos de tareas que faciliten su olvido de esa convicción; 2) imponerles trabajos, sufrimientos y competencias, y 3) llevarlos a lugares terroríficos y luego a otros placenteros.
414 Mito de las clases
Todos los ciudadanos han sido criados y educados por la tierra, que es su madre y nodriza; por tanto, todos son hermanos entre sí. Pero en la composición de unos (guardianes gobernantes) entró el oro, en la de otros (auxiliares) la plata y en la de otros (labradores y artesanos) el bronce y el hierro. Puede darse el caso de que un hombre de oro genere uno de bronce, y que uno de hierro genere n uno de oro; en todos los casos hay que llevarlos al sector que les corresponde.
416a Comunidad de los guardianes
Para ser como perros de rebaño, no como lobos que devoren a las ovejas, los guardianes no deben contar con bienes privados, salvo de primera necesidad, y harán sus comidas en común.
Libro IV
419a La felicidad de la clase gobernante y la sociedad
Adimanto: los gobernantes, teniendo todo en su mano para ser dichosos, no podrán así disfrutar como los de otros Estados. Sócrates: no debemos mirar a la felicidad de los guardianes, sino a la de toda la sociedad.
42Id La pobreza y la riqueza de los ciudadanos
No debe haber gente rica ni pobre, ya que, si es rica, no se ocupará de su trabajo, y si es pobre, no podrá realizarlo bien. Y si en una guerra se combate contra un Estado en que hay ricos y pobres, se les ofrecerá a éstos la fortuna de los ricos a cambio de su alianza, ya que en este Estado no interesa la riqueza.
427d Las partes de la excelencia en el Estado
Para saber si se halla la justicia en el Estado, bastará con examinar si están presentes las otras tres partes de la excelencia: la sabiduría (sophía) la moderación (sóphrosyné) y la valentía (andreía). El Estado es sabio no por el conocimiento de alguna cuestión particular, sino por el de su totalidad, que es el apropiado para la vigilancia que está presente en los guardianes. El Estado es valiente si lo es aquella parte suya que va a la guerra por su causa. El Estado es moderado cuando gobernantes y gobernados coinciden en quiénes deben gobernar: así la mejor parte gobierna a la peor.
432b La justicia en el Estado bien fundado
Es lo que resta para que el Estado alcance la excelencia: consiste en que cada uno haga lo que le corresponde en el Estado.
436a Las partes del alma
¿Están presentes en el individuo las mismas clases que en el Estado? ¿Hablamos de géneros distintos, cuando decimos que por medio de uno aprendemos, por otro somos fogosos y por otro anhelamos placeres?
436c El principio de contradicción
Una misma cosa no produce ni padece efectos contrarios en el mismo sentido, con respecto a lo mismo y al mismo tiempo; no debemos confundirnos cuando una cosa parece una y resulta múltiple.
437b Las partes del alma (continuación)
Si alguien tiene sed, es debido a la parte irracional (alógiston) y apetitiva (epithymétikón) del alma, pero puede no querer beber a causa del razonamiento (logismós). La fogosidad (thymós) pasa a veces por semejante a la apetitiva, pero cuando uno se encoleriza contra los propios deseos se ve que no es así; tampoco se identifica con la parte racional (logistikón), ya que uno puede entusiasmarse irracionalmente y ser llamado al orden por la razón. Por tanto, son tres géneros distintos.
441c Funciones de las partes del alma
Así como el Estado es justo cuando las tres clases hacen cada una lo suyo, lo mismo con el individuo: al raciocinio corresponde mandar y a la fogosidad ser su servidor y aliado. El individuo es valiente cuando la fogosidad se atiene a lo prescrito por la razón, es sabio por la parte racional y es moderado por la amistad y concordia de estas partes entre sí.
Libro V
451d Naturaleza y tareas de la mujer
En cuanto a la naturaleza difieren entre sí un hombre carpintero y otro médico, no un hombre médico y una mujer médica: las dotes naturales están similarmente distribuidas en el hombre y la mujer; sólo difieren en que la mujer es más débil. Por lo tanto las mujeres deben realizar las mismas tareas que los hombres y recibir la misma educación.
457e Comunidad de mujeres y de niños
Ninguna mujer cohabitará en privado con un hombre; las mujeres serán comunes a todos los hombres. Por participar de las mismas tareas, llegarán a la unión sexual; se celebrarán matrimonios sagrados entre los mejores guardianes y las mejores guardianes. Los hijos serán comunes y no sabrán quiénes son sus padres; su educación será confiada a magistrados, separándose a los mejores.
462a Carácter comunitario de la sociedad
El mayor mal para el Estado es lo que lo divide y el mayor bien lo que lo une. Por ende, debe haber una comunidad de placer y dolor: todos los ciudadanos deben poder regocijarse y entristecerse por las mismas cosas (por decir todos 'mío' a lo mismo).
469b La esclavitud y las luchas entre griegos
Los griegos no harán esclavos a otros griegos, sino sólo a los bárbaros. En las guerras entre griegos no se despojará a los cadáveres, excepto de sus armas, y éstas no serán ofrendadas en los templos; no depredarán los campos ni incendiarán las casas de los vencidos.
471c Glaucón: ¿es posible que tal organización política exista?
Sócrates: se ha indagado qué es la justicia y el hombre justo para proponerlos como paradigmas para nuestros actos, no para demostrar que su existencia es posible. La praxis alcanza siempre menos la verdad que las palabras. Más bien hay que demostrar cómo se puede fundar el Estado más próximo al descrito. La condición es que los filósofos reinen en los Estados o los gobernantes filosofen.
474b El filósofo
Los que aman algo lo aman en su totalidad y no en una parte; así el 'amante de la sabiduría' (philóso-phos) es aquel que gusta de todo estudio, sin hartarse nunca. Pero hay que distinguir el 'verdadero filósofo' del que es 'parecido a un filósofo'.
475e Los filósofos y las Ideas
Lo Bello, lo Justo, lo Bueno y todas las Ideas son una cada una, pero, al aparecer en comunión con acciones, cuerpos y unas con otras, cada una parece múltiple. Los verdaderos filósofos, a diferencia de los parecidos a filósofos, no confunden la Idea con las cosas que de ella participan.
476d El objeto del conocimiento y el objeto de la opinión
El que conoce, conoce algo que es (ón), no puede conocer lo que no es (mé ón). A lo que es corresponde el conocimiento científico (epistéme), a lo que no es corresponde la ignorancia. También el que opina debe opinar sobre algo y no sobre lo que no es, pero la opinión (dóxa) es algo más oscuro que el conocimiento y más claro que la ignorancia, y por ende corresponde a algo intermedio entre lo que es y lo que no es: la multiplicidad, p. ej., de cosas bellas es algo intermedio entre la esencia (ousía) y el no ser (tó mé einai). Los que gustan de ella son amantes de la opinión (philódoxoi), no filósofos.
Libro VI
486a El alma filosófica
El alma filosófica suspira siempre por la totalidad íntegra de lo divino y de lo humano. Desde temprano es justa y mansa, bien dotada de memoria y facilidad de aprender. 487d Dificultades del ejercicio de la verdadera filosofía
Cuando las cualidades del alma filosófica (valentía, moderación, etc.) se nutren mal, arrancan al alma de la filosofía. Los que corrompen a los filósofos no son los sofistas sino los acusadores de éstos, que son los más grandes sofistas: la multitud en la asamblea, teatro, etc. Los sofistas no enseñan privadamente otra cosa que las convicciones que la multitud se forja cuando se congrega. Son muy pocos los que tratan dignamente con la filosofía, y, al no ver nada sano en la política, se alejan de ésta.
497a La juventud y la filosofía
Cuando los adolescentes abordan la filosofía, al llegar a su parte más difícil, la relativa a los conceptos abstractos (tó perí toüs lógous), la abandonan. En la adolescencia hay que darles una educación apropiada a la edad, y, sólo cuando la fuerza corporal declina, hacerlos ocuparse de la filosofía.
499e Posibilidad de persuadir a la multitud
La multitud está mal dispuesta con la filosofía porque nunca ha visto un filosofo como el descrito, pero se le puede persuadir de que lo dicho es verdad.
502c El objeto del estudio supremo
Hay que probar a los guardianes en la práctica de los estudios superiores, para ver si son capaces de llegar hasta el objeto del estudio supremo, la Idea del Bien, que es algo superior a la justicia.
506e Alegoría del sol
Las cosas múltiples son vistas, las Ideas pensadas. Lo que es el sol en el ámbito visible respecto a la vista y de lo que se ve, es la Idea del Bien en el ámbito inteligible (noetós topos) respecto del intelecto (noüs) y de lo que se intelige, o sea, de las Ideas. Así como el sol aporta a las cosas visibles la propiedad de ser vistas y también su vida, así la Idea del Bien confiere a las Ideas el poder de ser conocidas pero además el existir (tó einai) y la esencia (ousía), aunque ella misma no sea esencia sino que esté más allá de la esencia.
509d Alegoría de la línea
Dividida una línea en dos secciones desiguales, y cada una de ellas en otras dos, tendremos, en la sección visible, una subsección de imágenes (sombras, reflejos) y otra de la cual en la primera hay imágenes (seres vivos, artefactos). A su vez, en la primera subsección de la parte inteligible, el alma se sirve de supuestos (hypothéseis), sin marchar hasta un principio) (arché) sino hacia la conclusión. En la otra subsección parte de supuestos, pero avanza por medio de Ideas hasta llegar al principio no supuesto (anypóthetos arché). La sección visible se conoce mediante la opinión y, dentro de ella, la subsección de imágenes por la conjetura (eikasía) y la otra por la creencia (pístis); la sección inteligible es conocida mediante la inteligencia (noüs): dentro de ella la subsección inferior mediante el pensamiento discursivo (diánoia), la superior por el intelecto (noüs).
Libro VII
517b Alegoría de la caverna
La caverna es el ámbito visible en que vivimos y el fuego en ella es el sol: afuera está el ámbito inteligible, las Ideas, y el sol es la Idea del Bien. El arte de volver el alma desde las tinieblas hacia la luz es la educación Los gobernantes, una vez educados de ese modo, deben gobernar.
522c Estudios del filósofo: 1) aritmética
Para escapar al ámbito del devenir (génesis) y captar la esencia el guardián debe estudiar aritmética, que eleva el alma y la obliga a discurrir (dialégesthai) sobre los Números en sí.
526c 2) geometría plana
Aunque los geómetras hablan de 'cuadrar', 'aplicar', etc., como si sus discursos apuntaran a la praxis, la geometría se dirige al conocimiento de lo que es siempre.
528a 3) estereométria
El estudio del sólido en sí mismo ha sido emprendido hasta ahora débilmente; el Estado debe promoverlo.
528e 4) astronomía
No hay que ocuparse de ella con la vista, ni aunque se mire hacia arriba, sino con la inteligencia: los astros que se ven sólo sirven como ejemplos para el estudio de los que no se ven, en su velocidad, figura y relaciones verdaderas.
53Od 5) armonía
Lo mismo en el caso de la teoría matemática de la música: a partir de los acordes que se oyen hay que elevarse al examen de los números armónicos y de los que no lo son, lo cual es útil para la búsqueda de lo Bello y lo Bueno.
531d La Dialéctica, estudio supremo
Los estudios anteriores sólo son un preludio a la dialéctica, que sólo pueden alcanzar los capaces de dar y recibir razón de la esencia. Tal como el prisionero llega al término de lo visible cuando puede ver el sol, el dialéctico arriba al término de lo inteligible cuando contempla la Idea del Bien. El método dialéctico es el único que marcha hasta ella cancelando los supuestos.
533e Retorno a la alegoría de la línea: ordenamiento epistemológico
El conocimiento relativo a las cuatro subsecciones son: ciencia (epistemé), pensamiento discursivo, creencia y conjetura; a estas dos en conjunto, opinión, y a las dos primeras en conjunto, inteligencia (nóesis). Esta se refiere a la esencia, y la opinión al devenir. Esencia: devenir :: inteligencia: opinión, y a su vez ciencia: creencia :: pensamiento discursivo: conjetura.
534b Formación de los dialécticos
Estudiarán desde niños. A los veinte años se elegirá a los más inteligentes y durante diez años se les hará tener una visión en conjunto (synopsis) de lo que en forma dispersa estudiaron cuando niños. A los treinta años se seleccionará a los más capaces de prescindir de los sentidos y de marchar hacia lo que es en sí, y se les hará descender a la caverna para ejercitarse en todo tipo de trabajo. A los cincuenta se los forzará a contemplar la Idea del Bien, y a, tomándola como paradigma, alternarse durante el resto de sus vidas en el gobierno del Estado.
Libro VIII
543c Las cinco clases de constituciones políticas
El régimen correcto es el descrito, la aristocracia. Hay cuatro regímenes (politeíai) deficientes: la timocracia o timarquía, la oligarquía, la democracia y la tiranía. Y hay otros tantos tipos de hombres, de cuyo comportamiento nacen aquéllos.
545d La corrupción del mejor Estado (discurso de las Musas)
Ni siquiera los mejores guardianes podrán controlar por completo la fecundidad y esterilidad ajustándose al 'número geométrico total'; de este modo se procreará en momentos no propicios y nacerán niños no favorecidos por la naturaleza, que serán inferiores a sus padres, y cuando les toque gobernar descuidarán la música y la gimnasia. Así surge la timocracia.
547d La timocracia
Llegarán al gobierno hombres más fogosos y más aptos para la guerra que para la paz. Lo que prevalece en este régimen, con la fogosidad, es el deseo de imponerse y ser venerado.
548d £/ hombre timocrático
Ajeno a las Musas, ama el poder y los honores, de joven desdeña la riqueza, mas no de adulto. Es hijo de un padre bueno que vive en un Estado mal organizado, y que alienta en él lo racional. Pero su madre y criados cultivan en él lo apetitivo, pues anhelan tener más riqueza y poder y critican a su padre. En este conflicto llega a un compromiso, y cede el gobierno de sí a lo fogoso.
550c La oligarquía
Régimen basado en la tasación de fortunas; en él mandan los ricos. Surgen porque los hombres que ansiaban honores terminan por volverse amigos de la riqueza y llevar a los ricos al gobierno. Son en realidad dos Estados: uno de los ricos y uno de los pobres.
553a El hombre oligárquico
El hijo del hombre timocrático primero imita a su padre, pero, al verlo luego procesado y privado de su fortuna, deja de lado la ambición y fogosidad que prevalecían en su alma y se vuelve hacia el lucro. Su parte racional sólo mira cómo acrecentar su riqueza. Reprime los deseos de placer para no gastar su fortuna.
555b La democracia
Surge cuando los pobres ven que los gobernantes oligárquicos no valen nada y que sólo gobiernan por debilidad. En este régimen abunda la libertad de palabra y de hacer cada uno lo que le da la gana.
558c El hombre democrático
Hay deseos necesarios, que hay que satisfacer para no morir, y deseos innecesarios. En el hijo del hombre oligárquico se produce una pugna entre ambos tipos de deseos. Si ningún» de ambos tipos es auxiliado desde fuera, el hombre democrático vive de un modo que no es contrario a la libertad ni a toda norma.
562a La tiranía
El deseo insaciable de libertad pierde a la democracia (como el deseo insaciable de riqueza pierde a la oligarquía). Los ricos que son despojados de su fortuna luchan contra el pueblo; éste pone a su cabeza un individuo que se desembaraza violentamente de sus enemigos. Al principio, el tirano libera de deudas a los pobres y les da tierras, pero, cuando se reconcilia con algunos enemigos y extermina a los demás, promueve guerras para mostrarse como conductor y para que los impuestos empobrezcan a los ciudadanos y no puedan ocuparse de conspirar contra él. Se llenará de enemigos, y será odiado por muchos.
Libro IX
571a El hombre tiránico
En el hijo del hombre democrático hay deseos reprimidos, que, a más de innecesarios, son contrarios a toda norma; los forjadores de tiranos estimulan éstos; así las opiniones morales anteriores son sometidas por otras que, cuando está interiormente regido de modo democrático, sólo se liberaban durante el sueño; no se arredrará ante crimen alguno.
576b Primera prueba de la superioridad del justo sobre el injusto
El hombre tiránico es el más injusto y, si llega a gobernar solo mucho tiempo, es el más desdichado: es el que menos hace lo que quiere; está forzado a la adulación y al servilismo.
580d Segunda prueba
Según la parte del alma que predomine, hay tres tipos de hombres: el filósofo, el ambicioso y el amante del lucro. Subyacentes a cada uno de estos tipos hay tres clases de placeres. El filósofo es el que mayor experiencia tiene en estas tres clases. Por lo tanto, su modo de vida es el más agradable.
583b Tercera prueba
El estado en que no se sufre es intermedio entre el placer y el dolor. Pero cuando se ignora el verdadero placer se toma por placer la cesación del dolor. Cuando el alma sigue a la parte filosófica, cada una de las partes hace lo que le corresponde y obtiene los placeres que le son propios. El hombre tiránico, en cambio, somete la parte racional a la apetitiva. Por ende, el tirano vive del modo más desagradable y el rey del más agradable. El tirano está alejado del verdadero placer en una cantidad que es el triple del triple. 588b La justicia es más ventajosa que la injusticia
El que comete injusticia esclaviza lo mejor de sí, y, si la oculta y no la expía, se vuelve más perverso.
Libro X
595a La poesía imitativa alejada de la verdad
Hay muchas camas, pero una sola Idea de Cama, mirando a la cual el artesano fabrica las camas múltiples; y a su vez el pintor hace otra cama, aunque no una cama real. Hay, pues, tres camas: 1) la que existe en la naturaleza y que es creada por el 'productor de naturalezas' (phytourgós), o sea, Dios; 2) la que hace el artesano (démiourgós), o sea, el carpintero; 3) la que hace el pintor, que es el imitador. Y no la imita como es, sino como le parece según de dónde la mire. Lo mismo los poetas: son imitadores de imágenes de la excelencia, sin acceder a la verdad. 602c La poesía cultiva la parte inferior del alma
Una misma magnitud parece distinta según de dónde se la vea, perturbando así al alma. A esta perturbación se opone la parte racional, que es, por lo tanto, distinta y superior a la parte perturbada. En esta y otras luchas interiores del alma, la poesía colabora con la parte inferior, que es la preferida por los poetas para imitar.
608c La inmortalidad del alma
El mal de una cosa es lo que la corrompe. Pero los males del alma (la injusticia, la cobardía, etc.) no la destruyen. Nunca la perversión de una cosa destruye a otra, sino sólo la propia perversión. De modo que si los males propios del alma no la pueden destruir, menos aún podrán los males propios del cuerpo, que son ajenos al alma. Y si el alma no perece ni a causa de un mal propio ni de uno ajeno, es inmortal.
612b Las recompensas del justo
Aunque la justicia vale en sí misma y no por sus consecuencias, goza de la mejor reputación entre los dioses y hombres; pues a los dioses no se les escapa quién es justo y quién injusto. Y si el justo es amado por los dioses, le sucede lo mejor, en vida o tras la muerte. Lo mismo con los hombres: tarde o temprano reconocen la justicia del justo.
614b Mito de Er
Tras morir, las almas son juzgadas y, según eso, pasan mil años de castigo bajo tierra o. mil de deleites en el cielo. Y al prepararse para renacer, no es elegida cada alma por el demonio que guía a su destino, sino que ellas mismas escogen sus demonios. Deben elegir entre modos de vida muy distintos, y luego su demonio debe conducir su ejecución. En la elección pesan los hábitos de la vida anterior. En estos modos de vida no hay ningún rasgo del alma, porque ésta cambia según el modo de vida elegido: en eso radica su riesgo.
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